Durante estos días, miles de personas recorren las calles de las ciudadesen la búsqueda de las mayores gangas. Son las rebajas, esa época del año en la que los consumidores aprovechan los mejores precios y los comerciantes pueden quitarse el stock de la temporada anterior.

Son unos días especiales, en los que se generan un buen número de operaciones de compra, la ocasión para anticiparse y adquirir ese regalo que va a haber que entregar unas semanas después, o el momento de renovar el vestuario de toda la familia. Los sectores de moda y complementos son los que más destacan dentro de este fenómeno, y sus escaparates se llenan de interesantes propuestas para todos los públicos.

Pero aún en esta época de descuentos, el comercio de proximidad no pierde su esencia. Principios como la excelencia en la atención al cliente, la calidad de servicio o la especialización e Innovación son los principales rasgos identificativos de la venta minorista, unas características que mantienen todo su valor en tiempo de rebajas. El consumidor encuentra en el profesional que le atiende al otro lado del mostrador a una persona de confianza, con años de experiencia y que va a ser capaz de asesorarle para que adquiera aquello que más se adapte a sus necesidades.
Frente a un modelo comercial de sobreconsumo, la tienda de proximidad ofrece los mismos valores de siempre, pero con la ventaja para el consumidor de que podrá encontrar la más amplia variedad a los precios más competitivos. Suponen una invitación para visitar las tiendas de barrio, pero como siempre, sobre un modelo sostenible y responsable.

Rebajas como siempre

Finalmente, como característica opuesta a los desplazamientos en vehículo privado hasta los centros comerciales de periferia, el periodo de rebajas supone una excelente oportunidad para redescubrir el barrio y el centro de las ciudades. En la época de rebajas, las tiendas vuelven a convertirse en elemento de dinamización, contribuyendo a que las calles rezumen vida y vuelvan a ser punto de encuentro, tal y como lo han sido siempre.

UNA LARGA TRADICIÓN

En una ciudad como Zaragoza, de tradición mediterránea y con más de 2.000 años de historia, el comercio siempre ha sido uno de sus soportes vitales. Obviamente, las rebajas no tienen dos milenios de tradición, aunque sí llevan unas cuantas décadas asentadas en las urbes españolas.

Rebajas como siempre

Las primeras rebajas de enero se iniciaban en la década de los 40, época difícil para muchos españoles en plena posguerra. Entonces, muchos españoles atravesaban por dificultades económicas, y recibieron con gran interés esta iniciativa comercial que, con el paso de los años, se convertiría en lo que hoy conocemos.

Por aquel entonces, la época de rebajas se iniciaba incluso antes de Reyes, ya que no se buscaba tanto la venta del regalo, como dar salida a todo lo que no se había vendido durante el año. Tanto es así que en sus primeras etapas se denominaran venta post balance, como una forma de señalar que los artículos rebajados no eran de peor calidad.

Así, aunque en aquella etapa tan dura la moda no era un asunto prioritario y no cambiaba de campaña a campaña, lo cierto es que los comercios no tenían capacidad para almacenar la mercancía, mantenerla suponía un gasto añadido y por ese motivo los comerciantes preferían venderlo, aunque fuera renunciando a parte de su margen.

Hoy, afortunadamente los tiempos han cambiado y ya se quedó atrás una de las etapas más complicadas del país. Sin embargo, el comercio de proximidad, como entonces, sigue estando cerca de sus vecinos y ofreciéndoles las mejores ofertas para hacerles más llevaderos sus gastos del día a día.