Manuel Arnal es el nuevo presidente de la Federación Aragonesa de Barrios de Zaragoza. Rehabilitar edificios antiguos, invertir en accesibilidad, defender el comercio de proximidad, cambios en la gestión de los presupuestos participativos y atajar el problema de vandalismo, son algunos de los objetivos que se marca a corto plazo.

La Federación Aragonesa de Barrios de Zaragoza (FABZ) tiene nuevo presidente: Manuel Arnal. Nació en la calle de Don Jaime y actualmente reside en el barrio de Torrero. Su trayectoria en el mundo vecinal comenzó en la Asociación de Vecinos de La Paz, donde estuvo en la Junta, fue vicepresidente primero y como presidente después. De ahí pasó al Secretariado de la FABZ y en la última Asamblea salió presidente.

Se inició en los movimientos sociales a través del sindicalismo, en los años previos a la Transición democrática. Después, empezó a trabajar para defender las necesidades del barrio «hasta que poco a poco esta labor te absorbe y te vinculas del todo al movimiento asociativo vecinal», afirma.

Arnal apuesta por fomentar la rehabilitación de edificios antiguos, invertir en accesibilidad, defender el comercio de proximidad, aplicar cambios en la gestión de los presupuestos participativos y atajar el problema de vandalismo, en concreto en lo que a la quema de contenedores se refiere.

Pregunta.- ¿Cómo encara esta nueva responsabilidad?
Respuesta.- Con mucha ilusión. La idea es poner en valor las asociaciones vecinales de base y el tejido asociativo. También queremos darle más presencia a la FABZ como interlocutor válido con las administraciones, sobre todo con la municipal, que es la más cercana.

P.- ¿Cuáles son los retos más inmediatos que se marca?
R.- Queremos trabajar por unos servicios públicos de calidad, darles un par de vueltas a los presupuestos participativos y trabajar en los planes de barrio porque ahora se está en la fase de propuestas y creemos que estos planes son la herramienta de futuro para que las administraciones sepan las prioridades y necesidades de cada barrio.

P.- ¿De qué es de lo que más se quejan los zaragozanos?
R.- En estos momentos hay dos líneas de trabajo, el llamado microurbanismo, que son soluciones rápidas a problemas diarios, como el mantenimiento de aceras, asfaltado, parques, transporte urbano, etc. En segundo lugar están los retos de ciudad, como el futuro de la movilidad, en el que habrá que tener soluciones potentes; los planes de barrio, que contemplan infraestructuras, equipamientos, medio ambiente, comercio de proximidad, etc.

Su trayectoria en el mundo vecinal comenzó en la Asociación de Vecinos de La Paz
Su trayectoria en el mundo vecinal comenzó en la Asociación de Vecinos de La Paz
P.- ¿Han cambiado mucho las reivindicaciones vecinales en los últimos años, o se mantienen las mismas protestas?
R.- Se dan dos fenómenos muy curiosos. Por un lado tenemos los nuevos desarrollos urbanísticos, como son los barrios del sur y Parque Venecia, que requieren equipamientos como centros de salud, centros cívicos, colegios, etc. Por el contrario, están los barrios más consolidados, cuya problemática para por la obsolescencia de las infraestructuras, la calidad de la edificación, carencia de ascensores, inaccesibilidad de edificios, ineficiencia energética, etc.

P.- ¿Cuáles son los barrios de la ciudad consolidada que más necesidades tienen?
R.- La rehabilitación de los edificios y hacerlos accesibles es alguno de los aspectos más importantes. A ello hay que sumar el cierre masivo del comercio de proximidad. Por el contrario, hay barrios cuya actividad se ciñe a la hostelería y ocio nocturno, que es un coctel peligroso. Hay que buscar un equilibrio. En el Casco Histórico el transporte es muy complejo, aunque tiene la ventaja de poder ir andado a muchos sitios hay aspectos especiales como la carga y descarga. Otro de los asuntos pendientes que siempre ha sido problemático, pero que poco a poco se va solucionando es la coexistencia de zonas peatonales, carga y descarga, bicicletas, etc.

Comercio de proximidad

P.- ¿Qué cree que se puede hacer para reactivar el comercio de proximidad en las calles en las que hay más establecimientos cerrados que abiertos?
R.- En primer lugar, tiene que cambiar la mentalidad del consumidor. Se está viendo en otros países europeos y ciudades como Barcelona, que ese espacio de locales vacíos se está ocupando por nuevas tendencias de comercios, como en los alrededores de la Catedral del Mar, donde se ve muchas iniciativas de jóvenes emprendedores. Eso sí, esto requeriría actuaciones sobre las calles para que estén bien iluminadas, sean cómodas para el peatón, estén limpias, sean seguras con las aceras en condiciones, etc.

Todas las ideas de promoción del comercio son buenas, pero tienen que ir acompañadas de un cambio de hábito que prime que los clientes comprendan que es necesario que la ciudad viva.

P.- La FABZ está personada en el caso de Pikolin. ¿Cómo cree que puede afectar este nuevo espacio comercial a la ciudad?
R.- Nuestros abogados dicen que está visto para sentencia. Desde el punto de vista conceptual no nos gustaba. Zaragoza tiene la ratio de grandes superficies por metro cuadrado por habitantes más elevada de Europa. Además, tampoco nos pareció adecuad el procedimiento legal de tramitación urbanística y por eso presentamos el Contencioso. Pensamos que ese centro puede colapsar la autovía y carretera. No se pude diseñar para que en periodos de máxima afluencia comercial se colapsen infraestructuras públicas como ya ha pasado en el entorno de Puerto Venecia. El beneficio privado no puede estar por encima del bien público y del interés general.

Arnal señala que todas las ideas de promoción del comercio son buenasArnal señala que todas las ideas de promoción del comercio son buenas
No sólo es la amenaza de las grandes superficies, porque se dice que el futuro está en las compras por Internet. Sin embargo, creemos que el negocio de proximidad e Internet pueden coexistir.

Presupuestos participativos y quema de contenedores

P.- ¿Qué le parece la gestión del Ayuntamiento de los presupuestos participativos?
R.- Desde la FABZ hemos participado con lealtad en el proceso, avisando de que no nos gustaba. La fase propuestas, tal y como está diseñada, prima las ideas brillantes individuales, cuando tendrían que primar las ideas colectivas que ya se supiera desde las juntas de distrito que son necesidades reales del barrio. Además, creemos que sobra la primera fase de votación de apoyos y que habría que ir a una fase final de votación de las propuestas elaboradas, supervisadas por las mesas y los técnicos. Además, hay que tener en cuenta que hay una verdadera brecha digital. Se ha demostrado que curiosamente no se ha atraído a la población juvenil, y también se ha visto que el segmento de más de 65 años no ha participado.

Esas serían las condiciones para fomentar la participación y para que las propuestas recojan las necesidades históricas y las más recientes de todos los distritos.

P.- ¿Qué le parecen los cambios de la segunda edición?
R.- Los cambios eran necesarios, pero se han mantenido los criterios de la primera fase, y ya se ha demostrado que iba a tener nuevas complicaciones. De hecho, se han apoyado proyectos que son inelegibles, tanto porque algunos son imposibles de ejecutar, como porque las propias bases impiden que se elijan y, aún así, han pasado la fase y es una auténtica pérdida de tiempo.

Además, creemos que hay que matizar mucho más qué es un proyecto de ciudad. Apostamos por la puesta a punto del plan de riberas de la Expo. Y es que hemos detectado deficiencias de las infraestructuras de la expo, ya sea por el deterioro o por el vandalismo. Eso sí es un proyecto de ciudad, porque coge muchos distritos y sirve a los ciudadanos.

P.- La quema de contenedores es uno de los actos vandálicos que más afecta a los vecinos de la ciudad. Se suceden prácticamente todas las semanas. ¿Cree que se está haciendo lo suficiente?
R.- Nosotros diferenciamos dos tipos de actos vandálicos según la graduación. No es lo mismo pintar un grafiti en una columna que prenderle fuego a un contenedor, o romper 30 papeleras en una noche loca. El año pasado los bomberos actuaron en más de 120 ocasiones por quemas de contenedores en todos los distritos. En una calle estrecha, con los contenedores a menos de un metro de la fachada, a las dos de la madrugada, refugiándose los vecinos en el garaje porque no podían salir por el portal. Eso no es vandalismo, es un grado superlativo.

Hay que tomar medidas estructurales, dónde colocar los contenedores y qué tipo de recipientes, pero también hay que tomar medidas que garanticen la seguridad de los vecinos. No creemos que la solución sea policial. Tiene que haber educación, pero también contundencia cuando se atrapa a estos vándalos, que son mucho más que eso.

P.- El Ayuntamiento y la FABZ velan por mejorar la calidad de vida de los zaragozanos. ¿Cómo van las relaciones?
R.- Ya he tenido la primera reunión con el alcalde. También nos hemos reunido con la concejal de Movilidad, repasando las diferentes líneas de autobús y las deficiencias que hemos detectado… El nuevo secretariado va tomando el pulso.

Fuente: Aragón Digital