Tan grandes como el valor que aporta a la sociedad son los retos que tiene por delante el pequeño comercio. Pocos son los que cuestionan las virtudes de un modelo que aporta calidad, atención especializada, consumo responsable, producto de cercanía y que, por si todo eso fuera poco, contribuye además a generar empleo, crear riqueza y a dinamizar las calles y barrios de toda la ciudad.

Sin embargo, este formato comercial afronta nuevos desafíos, y todos ellos pasan por una modernización necesaria para poder competir en el mercado actual, cada vez más exigente, con cada vez más actores y en el que cada vez se puede comprar a través de más plataformas distintas.

No siempre es fácil. En algunos casos, el primer problema que se encuentran estos negocios es la falta de relevo generacional. Tiendas emblemáticas han cerrado en estos últimos años por falta de continuidad en la familia, y quizás se deberían buscar fórmulas para que esos jóvenes retomaran el negocio familiar y lo adaptaran a los nuevos tiempos en una transición que sería más fácil para ellos.

hacia la modernización del comercio

Sí que se están desarrollando importantes acciones de apoyo a los nuevos emprendedores. Así por ejemplo se están llevando a cabo campañas de gran valor, como locales vivos, una interesante iniciativa que pretende por un lado dinamizar locales comerciales que están vacíos y sin actividad, y por otro, ofrecer a los empresarios un especio en el que comenzar su actividad con unas condiciones muy ventajosas.

No son las únicas ayudas que encontrarán. Desde el Ayuntamiento se están ofreciendo alternativas de formación y de apoyo para que estos establecimientos de proximidad se revitalicen y sigan siendo una parte importante de la ciudad. Zaragoza cuenta con más de dos milenios de historia, una historia que no se comprendería sin la existencia, desde su fundación, del comercio sobre el que creció hasta convertirse en lo que es hoy.

En este proceso, uno de los primeros pasos que deberían dar sería, sin duda alguna, el salto a Internet. Hoy en día, en el que la mayoría de los consumidores cuentan con un Smartphone con el que están permanente conectados, el comercio no puede permitirse no tener presencia en el mundo digital; simplemente no existiría para buena parte del mercado.

hacia la modernización del comercio

cof

En este sentido, las redes sociales han supuesto un importante valor, ya que permiten a un coste cero tener presencia online y crear su propia comunidad. El siguiente paso lo supone la página web, una herramienta igualmente indispensable y que con las plataformas existentes también puede llevarse a cabo a un precio relativamente bajo. El tercer escalón lo supondría la tienda virtual, que ya supone un mayor compromiso y ciertos cambios estructurales, pero que puede ser de gran utilidad para cierto tipo de negocios ya que supone la apertura de un canal de venta que no deja de crecer.

Sea cual sea la opción elegida, el comerciante debe saber que todas ellas tienen cierto nivel de exigencia y cuidado; no se trata simplemente de estar, sino que hay que aportar valor a los consumidores, crear contenidos originales y ofrecerles cosas distintas a las que puedan encontrar en comercios similares.

Y es que la diferenciación debe ser una de las ambiciones de los pequeños comercios, como también lo debe ser profundizar en la relación con su público. Una característica que siempre ha significado a las tiendas de barrio encuentra ahora unas posibilidades casi infinitas gracias a las nuevas herramientas tecnológicas, que permiten saber cada vez más cosas de sus clientes.  También en las técnicas de ventas se ha producido cierta evolución, y los empresarios deben saber identificar a los distintos tipos de compradores y establecer unos protocolos de actuación con cada uno de ellos.

hacia la modernización del comercio

Y es que lo que podía valer hace tan solo 15 años puede no ser suficiente hoy. Con una competencia cada vez mayor, con la irrupción de la venta online, con la aparición de un tipo de consumidor híperinformado, el comercio tiene que amoldarse a la situación actual y, en ese proceso de adaptación, ser innovador es un plus.

Ser innovador es ser ingenioso, astuto, atrevido… no se trata de encontrar una fórmula milagrosa ni de diseñar un producto revolucionario, se puede innovar en la gestión, en la especialización, en la elección del negocio, en las promociones y descuentos o incluso en la forma de decorar los escaparates, esa gran ventana del comercio a la calle.

Todo ellos propiciara un comercio competitivo, que siga siendo importante en la vida de los zaragozanos. Nuestras ciudades no pueden permitirse prescindir de un elemento de dinamización e identidad de la cultura mediterránea. Es importante que la población sienta que su tienda de proximidad está ahí, y que ahí seguirá por siempre, ofreciendo el mejor producto y el mejor servicio profesional.