En el barrio Jesús existe cierta preocupación por la desaparición progresiva de los oficios y comercios más tradicionales. “Cada vez hay más locales vacíos y muchos de los negocios que perduran son casi de subsistencia”, cuenta Raúl Gascón, presidente de la Asociación de Vecinos Barrio Jesús. Para frenar la decadencia, el colectivo ha impulsado, de la mano del Plan Integral del Casco Histórico (PICH) y de la iniciativa de emprendimiento El Ganchillo Social, un Plan de Dinamización del Comercio, “como una propuesta de acción que reactive el pequeño comercio de nuestro barrio”.
El plan quiere hacer frente a las amenazar a las que se enfrentan a diario este tipo de negocios, como las nuevas formas de venta, desde internet hasta los ‘outlets’; la aparición de grandes multinacionales, “que han revolucionado los procesos de producción y ofrecen precios muy bajos”, apunta la asociación vecinal; los efectos de la crisis, que han derivado en endeudamientos, falta de proveedores y disminución de clientela, así como la reducción de los horarios de apertura en comparación a las grandes superficies.
“El comercio está concentrado en la parte vieja del barrio y no conseguimos que arranque”, lamenta Gascón. Por ello, con el plan quieren revitalizarlo, unir fuerzas entre todos los agentes implicados y que caminen juntos para alcanzar el objetivo final de formar una asociación de comerciantes en el barrio Jesús. El colectivo vecinal quiere servir de motor de impulso, pero recuerda que “luego tendrán que continuar ellos con el proyecto”. El presidente señala que existen dos zonas diferenciadas, la del paseo de Longares y la de la plaza de Jesús, y asegura que “los de un lugar no saben bien qué hay en el otro y viceversa, por eso vemos fundamental crear una unión”.
La semana pasada tuvo lugar un primer encuentro entre los promotores del plan y una veintena de comerciantes para informarles de la iniciativa. Está compuesta por cuatro niveles: fase 0, en la que hacer un estudio de la realidad que atraviesa el barrio; fase 1, en la que se trabajará con las personas afectadas en la identificación colectiva de problemas, necesidades y deseos; fase 2, en la que se establecerán acciones capaces de brindar una solución a las necesidades encontradas; y fase 3, en la que se realizará un seguimiento, asesoramiento y acompañamiento del proceso.
La asociación vecinal precisa que se va a calendarizar cada una de las fases para que, mediante sesiones colectivas, “tejamos conjuntamente el plan”. Además, subraya la importancia de “aprender del proceso”, por eso se incluye un acompañamiento continuo a los comerciantes y un seguimiento evaluativo de resultados obtenidos tras la aplicación de las mejoras, que retroalimente y ayude a evolucionar todo el plan.
El programa ha sido diseñado como un proyecto a largo plazo, ya que desde el colectivo vecinal son conscientes de que “no podemos pretender que el comercio se revitalice de la noche a la mañana”. Durante el primer año de vida del plan se acompañará al grupo de comerciantes, pero la finalidad es reforzar su autonomía “para que más adelante puedan caminar solos con su asociación y únicamente necesiten un seguimiento puntual”, explica Gascón.
Entre los objetivos concretos del proyecto se encuentra atraer a un mayor de consumidores al pequeño comercio local, conectar y articular a los negocios para detectar conjuntamente los problemas y pensar acciones que promuevan el bien común, utilizar el espacio urbano para la realización de diversas actividades de carácter cultural, educativo y de ocio, y posicionar la zona como un distrito de comercio cercano. También, tal y como avanza el presidente de la asociación vecinal, se pretende crear una única imagen de la zona comercial para poder compartir servicios comunes.
“Gracias a los recursos que nos brinda el PICH podremos hacer campañas que ya se están aplicando en el resto de la ciudad”, subraya Gascón, aunque todavía están por definir. En las próximas semanas tendrá lugar una nueva reunión con los comerciantes que permitirá avanzar en la fase 1, ya que la 0 ya ha sido completada por El Ganchillo Social tras estudiar la realidad y plantear la iniciativa en los negocios.
Los vecinos dicen sentirse “muy ilusionados” con el proyecto y quieren que sirva tanto para revitalizar el comercio ya asentado como para atraer a otras personas para que levanten sus persianas en el barrio Jesús. Además, recuerdan que el éxito del plan será beneficioso para todos, no solo para los comerciantes, ya que “los comercios abiertos dan vida y seguridad a las calles”.
Fuente: Heraldo de Aragón