Corría el año 1900 cuando Rafael Grilló Garín, que ya trabajaba el oficio de la platería n sus talleres desde 1890, abrió su primera joyería en un edificio modernista de la calle Alfonso I para vender piezas artesanales. Cuando la segunda generación de la familia con Cecilio Grilló al frente asumió la gestión de la joyería en la década de los años 30, Grilló comenzó a ofrecer a sus clientes artículos de alta joyería, a la vez que se potenciaron los diseños propios salidos de sus propios talleres.

A finales de los años 70 tomaron las riendas Rafael Grilló junto a su mujer María Jesús Dolset Sarrat, empeñados en acercar a los zaragozanos los trabajos de algunos de los mejores diseñadores españoles y europeos, además de continuar con la tradición de diseño de joyas en sus talleres.

Con la cuarta generación, Grilló sigue siendo un referente en el mundo de la joyería de Zaragoza, incorporando además colecciones con diseños propios a precios más ajustados.